La forma en que trabajamos está cambiando rápidamente y, con ella, la cultura organizacional. Los cambios hacia una nueva forma de trabajar tienen implicaciones no sólo con respecto a la tecnología en las empresas que posibilita el uso de herramientas de comunicación y colaboración, sino también en el espacio físico y cultural de la organización, que cada vez es más horizontal y colaborativo.
Asumir estos cambios requiere una agilidad, flexibilidad y adaptabilidad sin precedentes por parte de las empresas y las personas trabajadoras, lo que no siempre se puede lograr, y es por eso, por lo que estamos viendo un número récord de personas que abandonan sus trabajos, debido al estrés y la inflexibilidad en el lugar de trabajo.
Cultura corporativa y nuevos modelos de negocio
Después de dos años de abastecimiento de tecnología por parte de las empresas, como consecuencia del cambio en los modelos laborales que se produjeron desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, ahora el principal reto se centra en conocer las estrategias resultantes de estas inversiones.
Por esta razón, las empresas se están embarcando en una transición cuyo fin es la creación de una cultura de resiliencia que debería permitir a las organizaciones responder mejor y más rápido a los cambios del mercado.
Para cumplir con este objetivo, la transformación del modelo de negocio y la cultura tradicional debe ser una prioridad, es hora de crecer internamente, revisar procesos, despejar el modelo de trabajar y “poner en orden las casas”, de lo contrario, las carencias e ineficiencias van a aflorar y no harán más que crecer.
La tecnología en las empresas y el teletrabajo
En España, el tejido empresarial, sobre todo en el rango de las pymes, es muy peculiar ya que, cuando llegó el confinamiento, muchas de estas organizaciones disponían de tecnologías de principios de siglo.
Tras hacer el esfuerzo de adaptarse a las necesidades impuestas por la pandemia, ahora las compañías se ven en la necesidad de redefinir el modelo de trabajo, donde las personas trabajadoras pasan de estar toda su jornada en las instalaciones de la empresa, a un modelo donde su perímetro se ha diluido, lo que lleva a estos últimos a exigir estar en diferentes ubicaciones ahora que la tecnología de la empresa lo permite.
La digitalización y el teletrabajo no son conceptos nuevos, pero con la pandemia se ha acelerado la transformación digital de muchas organizaciones. Se calcula que en rango de las pymes la evolución tecnológica prevista para los próximos 10 años se llevará a cabo en tan solo 6 años.
Existe una buena oportunidad para impulsar la madurez digital de España a través de la puesta en marcha de los fondos Next Generation de la Unión Europea (UE), que se enmarcan en el Plan de Recuperación y Resiliencia, gracias a la cual se van a destinar más de 20.000 millones de euros a proyectos tecnológicos.
Tecnología en las empresas: un cambio con perspectiva estratégica
Estas cifras son muy buenas, incluso superiores a las exigencias marcadas desde Bruselas, sin embargo, no sirven de nada si las inversiones no vienen acompañadas de estrategia en las empresas. En ese sentido, las compañías se centrarán principalmente en las siguientes áreas:
- Presencia en el cloud, que permite escalar y adaptarse a las necesidades del negocio y a los cambios del mercado.
- Automatizaciones de tareas que se realizan manualmente para agilizar los procesos internos.
- Business Intelligence, para cambiar la forma de relacionarse con los clientes.
- Seguridad, puesto que las amenazas crecen exponencialmente mientras los recursos se deslocalizan.
Las tendencias y previsiones que se observan y estiman desde este año 2022 y hasta el 2025 es que cerca de un 30% de la inversión irá destinada a la mejora de la experiencia con el cliente, algo más de un 20% será para priorizar el paso a nube y superando el 45% de los presupuestos en TI será en ciberseguridad. Las empresas buscan proteger sus redes debido al incremento del teletrabajo.
Nuevas medidas de ciberseguridad a partir del teletrabajo
Con el trabajo virtual el perímetro ya no existe y por tanto las compañías deben implementar nuevas medidas de seguridad o mejorar las existentes para proteger sus redes y que la persona trabajadora disponga de la oportunidad de conectarse desde cualquier parte del mundo a los sistemas sin perder seguridad.
Una de las medidas de seguridad más importantes, sino la principal, es la concienciación, todas las compañías, sin importar su tamaño, deben reforzar toda la parte de concienciación y formación en seguridad de sus personas trabajadoras, hasta el punto de que sean capaces de identificar, o al menos sospechar, situaciones de riesgo.
Un altísimo porcentaje de ataques ransomware tienen éxito porque las personas no creen que puedan ser víctimas de un ataque, ya que piensan que no son atractivas para los ciberdelincuentes o simplemente consideran que los objetivos de estos son las grandes corporaciones.
El peligro que supone este tipo de amenaza es cada vez mayor, de hecho, según datos de Check Point Research, en el Q1 de 2022 en España, una de cada 54 empresas se vio afectada por un ataque de ransomware, lo que supone un aumento de casi el 30% respecto al mismo periodo e de 2021.
Medidas necesarias para no comprometer los datos de las empresas
El ransomware suele propagarse mediante correos electrónicos de phishing animando al usuario a hacer clic en un enlace malicioso. Es crucial formar a los usuarios sobre cómo identificar y evitar amenazas potenciales de este tipo.
El control de accesos, cualquier elemento de la red debe de ir protegido por contraseñas sólidas, todos los dispositivos corporativos deben llevar activo el doble factor de autenticación. Mantener actualizados todos los dispositivos, ya que además de aportar mejoras sirven para protegernos de las amenazas conocidas.
El uso de Firewalls, Antivirus y software VPN adecuado y certificado para las conexiones a la red de la compañía y por supuesto la realización de copias de seguridad, son aspectos imprescindibles para evitar la pérdida de datos y poder garantizar la continuidad de los negocios.
Todos estos, junto con las pruebas de continuidad ante desastres, son los elementos clave para mantener nuestro negocio preparado ante las amenazas de la red y en caso de ser víctimas de un ataque que la vuelta a la normalidad sea en un periodo de tiempo razonable.