En el mundo empresarial actual, la sostenibilidad se ha convertido en un factor clave para el éxito a largo plazo de las organizaciones. Muchas de ellas están cambiando sus modelos de negocio, sus cadenas de valor y su logística para contribuir con ello a hacer un mundo más sostenible.
La sostenibilidad empresarial hace referencia a la capacidad de llevar a cabo actividades durante un tiempo prolongado, teniendo en cuenta criterios sociales, económicos y ambientales que aseguren la continuidad del negocio. Así, el futuro de las organizaciones va a venir definido por el propósito de cada una de ellas, por el “para qué”, más allá del “qué”.
Por ello, implementar una estrategia de sostenibilidad en cualquier tipo de empresa se ha demostrado que es rentable, en tanto que implica ser consciente de los recursos que se consumen y conocer aquellos puntos de la cadena de valor donde hay ineficiencias. Además, cada vez más consumidores y clientes tienen una mayor concienciación social, económica y ambiental, buscando que las empresas y productos donde invierten su dinero adopten estrategias sostenibles.
La cultura de sostenibilidad en una organización se logra cuando toda su plantilla ha interiorizado los valores sociales, económicos y ambientales que promueve, siendo conscientes de que existen muchas posibles estrategias para transformar las actividades empresariales en espacios más sostenibles.
Implementar prácticas de sostenibilidad en la cadena de suministro
Una de las primeras estrategias que una empresa que busca ser sostenible debe considerar es la implementación de prácticas sostenibles en su cadena de suministro. Esto implica promover dentro de las organizaciones la contratación de proveedores con compromiso ambiental y que compartan los mismos valores de sostenibilidad, además de elegir, de forma prioritaria, proveedores locales o de proximidad.
Reducir el consumo de recursos y energía
Optimizar la eficiencia energética de los suministros es una estrategia esencial en la construcción de una empresa sostenible. Esto implica identificar áreas de mejora en el uso de recursos naturales, como el agua y la energía, e implementar medidas para reducir su consumo. Esto no solo beneficia al medio ambiente, sino que también genera ahorros significativos en los costes operativos de la empresa.
Adoptar tecnologías verdes
El uso de tecnologías verdes es una de las claves en la estrategia de una empresa sostenible. Esto implica utilizar herramientas y procesos que minimicen el impacto ambiental. Por ejemplo, la implementación de sistemas de energía renovable, la optimización de procesos de producción y la incorporación de tecnologías de eficiencia energética pueden ayudar a reducir la huella de carbono de la empresa.
Implementar los principios de la economía circular
Las organizaciones deben asumir que la materia es limitada y que el entorno es abierto. Por ello, deben buscar reducir la entrada de componentes y reutilizar aquellos que ya han entrado en la economía empresarial, deben implementar una estrategia de gestión de los recursos internamente.
Desarrollar productos y servicios sostenibles
El desarrollo de productos y servicios sostenibles es otra estrategia efectiva. Esto implica diseñar productos que minimicen el impacto ambiental durante su ciclo de vida, desde la producción hasta el desecho. Además, estos productos deben satisfacer las necesidades y deseos de los consumidores, brindándoles una alternativa sostenible y de calidad.
Integrar los criterios ambientales, sociales y de gobernanza
Los criterios ESG son un aspecto fundamental de una empresa sostenible, siendo que la gestión de los factores Ambientales, Sociales y de Gobernanza es fundamental para mantener la capacidad de generación de valor de largo plazo de toda organización.
Establecer alianzas estratégicas con empresas sostenibles
Colaborar con otras empresas sostenibles a través de alianzas estratégicas o promover entre los clientes comportamientos responsables, es una estrategia beneficiosa para promover la sostenibilidad y expandir el alcance de las acciones. Estas alianzas pueden llevar a la creación de proyectos conjuntos, compartir buenas prácticas y generar sinergias que impulsen el crecimiento sostenible de ambas empresas.
Promover la cultura de sostenibilidad dentro de la empresa
Para que una empresa sea verdaderamente sostenible, debe fomentar una cultura de sostenibilidad en todos los niveles de la organización. Esto implica formar y capacitar a toda la plantilla sobre prácticas sostenibles, promover la participación activa en iniciativas sostenibles y reconocer y recompensar los esfuerzos individuales en pro del desarrollo sostenible.
Comunicar los valores y acciones sostenibles
Es importante utilizar canales de comunicación adecuados para transmitir el compromiso de la empresa con la sostenibilidad. Esto puede incluir la creación de contenido tanto en medios digitales como tradicionales para informar a los consumidores sobre las acciones sostenibles de la empresa. La comunicación efectiva de los valores y acciones sostenibles de una empresa es esencial para ganar la confianza y lealtad de los consumidores.
En definitiva, las prácticas sostenibles se han convertido en una ventaja estratégica no sólo en términos de posicionamiento en el mercado, sino también para promover la captación de nuevos inversionistas y socios. La implementación de estas prácticas proporciona importantes beneficios a las organizaciones, si bien para ello es esencial que las empresas adopten medidas que alineen las nuevas perspectivas sostenibles de sus grupos de interés a las tendencias de mercado.